
1. Se puso en contacto conmigo Konstatine de Grecia, el hermano de la Reina Sofía. Con sólo una llamada hizo que el Rey Juan Carlos me diera el indulto, y saliera de la cárcel. Manda cojones; la otra casa real de España me salva de la prisión.
2. Todos los datos apuntan a que soy descendiente de Alejandro Magno. Así que tuve que ir a Macedonia, a ver si con el ADN de Felipo II, el padre de Alejandro, yo podía ser hermana de Alejandro Magno o el mismísimo Alejandro Magno. Y resultó que sí, cosa que yo ya intuía.

3. En macedonia decidieron abrir un museo a Maritoñi. En Thesaloniki se puede ver toda mi trascendencia del pasado. Maritoñi es la gran soberana del pasado griego.

4. Os pido sabiduría para poder relacionaos con mi persona. Aquí tenéis un ejemplo de ante quién os enfrentáis.

5. A cambio de sacarme de la cárcel, Konstantine me pidió que dejara por escrito que cuando muriese mis cenizas fueran esparcidas por el mar de Grecia, como el azúcar glasé sobre las tortas Maritoñi -qué locos están los griegos-. Pero accedí gustosamente.